En el mundo, cada 27 segundos se diagnostica un cáncer de la sangre. Los más frecuentes son los linfomas, las leucemias y el mieloma. En la Argentina hay más de 3.000 nuevos casos de leucemia por año. Además, habría alrededor de 8.000 pacientes con linfomas y, como el mieloma representa el 1% de todos los casos de cáncer, se estima que hay cerca de 1.300 nuevos diagnósticos cada año. Si bien estas enfermedades no son prevenibles, puede hacerse mucho para facilitarles la vida a los pacientes. La Alianza Cáncer de Sangre Argentina (ACSA) difundió cinco medidas orientadas a ese fin.

1. Campañas de concientización: para mejorar los tiempos diagnósticos se considera pertinente realizar campañas dirigidas a alumnos de medicina y médicos de atención primaria. Una encuesta de ACSA de 2023 arrojó -entre otros datos- que cuatro de cada 10 pacientes tuvieron que ver a dos o tres médicos antes de lograr la derivación a un hematólogo, que es quien mejor podría diagnosticar estas enfermedades, e iniciar prontamente el tratamiento que corresponda.

Un gran problema de estas enfermedades es que los síntomas suelen ser inespecíficos y no orientar a una sospecha. En una encuesta de la Alianza Cáncer de Sangre, de 2023, los pacientes con mieloma refirieron que el síntoma más frecuente era dolor óseo o articular; en las leucemias, el cansancio excesivo, que no facilita en absoluto una sospecha; mientras que, en el linfoma, lo fue el agrandamiento de ganglios (que sí es más específico).

Fernando Piotrowski, director ejecutivo de la Asociación Leucemia Mieloide Argentina subrayó que un mensaje que debe llevarse la comunidad es no postergar la ida al médico ante síntomas no habituales que llamen la atención.

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2. Navegación de los sistemas de salud: armado -de exhibición y comunicación obligatorias- de un mapa claro de navegación en los distintos sistemas de salud. Es muy distinto tener una prepaga y vivir en CABA a tener una obra social provincial y vivir en el interior profundo del país. Más allá de que las posibilidades y el acceso a la atención serán diferentes, está muy fragmentada la información sobre qué hacer, qué documentación presentar y a dónde, para lograr que se apruebe la cobertura de tal o cual prestación. Ni siquiera se sabe dónde está el hematólogo más cercano.

3. Turnos: contemplar turnos dobles ante el diagnóstico, recaídas o cambios de tratamiento. “En patologías crónicas complejas, como las oncohematológicas, el tiempo cuenta y es determinante. Por ejemplo, si un paciente deja de responder al tratamiento que está llevando y su enfermedad progresa, tiene que poder ver a su médico en 24 a 48 horas, para poder tomar nuevas decisiones terapéuticas y volver a lograr remisión y continuar con su vida. Turnos a 30 o 45 días en este tipo de casos son absolutamente inadmisibles. Te hace retroceder 20 casilleros, que pueden ser irrecuperables”, explicó Haydée González, presidenta de la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA).

Vademécums

4. Actualización de vademécums: inclusión de drogas innovadoras en los vademécums nacionales y provinciales para que el acceso sea universal e igualitario. “En este punto, constantemente nos vemos obligados a insistir para que obras sociales, prepagas y el Estado actualicen con celeridad sus vademécums, porque la innovación trae tratamientos que están transformando el manejo de estas enfermedades, nuestra autoridad regulatoria los aprueba, pero luego los pacientes no pueden recibirlos porque se frena en la ventanilla de la cobertura de cada uno”, reconoció Mariana Auad, vicepresidenta y coordinadora general de la Fundación Argentina de Mieloma (FAM).

5. Entrega de medicación: regulación de tiempos de entrega que no superen los 15 días. ACSA solicita que se establezcan mecanismos universales, que deban ser implementados por todas las formas de cobertura de salud, que garanticen la entrega pronta de la medicación y que se trabaje para evitar interrupciones en su suministro a lo largo del tratamiento. La cobertura de estas medicaciones está garantizada por ley, pero -igualmente- muchas veces los pacientes deben mover cielo y tierra para que esa ley que garantiza su derecho se cumpla.